Una oferta educativa para tiempos de crisis
Actualizado: 22 feb 2021

Imagen recuperada de Pixabay.com
Por: Wanda Pérez Carcador
A escasamente un mes del comienzo de las clases presenciales en cerca de 172 escuelas a nivel isla, es importante evaluar cuán preparados nos encontramos para dar ese gran paso.
La secretaria de Educación, Elba Aponte, informó en conferencia de prensa el pasado 1 de febrero de 2021 su intención de abrir 172 escuelas en un proceso flexible en el cual los padres determinarían si enviarán a sus hijos a la escuela. Se daría prioridad a estudiantes de Educación Especial, Kinder a tercer grado y cuarto año, en un proceso escalonado, intercalando días de la semana de forma presencial y con la alternativa asincrónica que ha venido usándose hasta la fecha desde el inicio de la pandemia.
La literatura relacionada al tema de las salas de clase compatibles con el funcionamiento del cerebro indica que el bienestar emocional se relaciona con encontrarse en un ambiente seguro. Nuestras experiencias de vida positivas o negativas memorables siempre estarán impregnadas de emociones diversas relacionadas a tales eventos. Según Erlauer (2003), “debido a que las memorias están tan cercanamente atadas a las emociones, los maestros asumen una gran responsabilidad; cada día ellos evocan emociones y moldean las memorias de cada uno de sus estudiantes” (parr.2).
Lograr la memoria a largo plazo en el aprendizaje es un proceso que recibe el impacto de componentes físicos y emocionales, ya que cualquier excitación emocional positiva o negativa afecta la forma en que un contenido aprendido en la escuela será recordado o no de forma permanente.Todo ello implica que los maestros pueden usar el conocimiento sobre el funcionamiento del cerebro promoviendo emociones positivas en sus alumnos mientras aprenden, aumentando la oportunidad de que recuerden conceptos académicos.
Bajo situaciones de estrés, de miedo o amenazantes, lo cual aplica a situaciones de temblores, huracanes y Coronavirus en Puerto Rico, los estudiantes están construyendo memorias de situaciones negativas, lo cual hace que el aprendizaje se haga más difícil. Por tal razón se hace relevante que los estudiantes aprendan a manejar sus emociones tanto en la escuela como fuera de ella, y los maestros son un buen recurso para lograrlo. En medio de la pandemia, el panorama de nuestra vida diaria se ha complicado por el desempleo, los despidos, los altibajos financieros, la preocupación por el cumplimiento a tiempo de las tareas escolares y en el trabajo, los divorcios, etc. Todo ello empeorando la situación dentro de los hogares de niños, adolescentes, adultos y ancianos puertorriqueños. Los mismos procesos que en periodos sin grandes estresores nos ayudan a sobrepasar una crisis, de pronto ponen en riesgo nuestra salud ante el estrés continuado. Las investigaciones relacionadas al funcionamiento del cerebro indican que altos niveles de estrés prolongado resultan en problemas de memoria, algo que es vital en la educación de niños, adolescentes y adultos.
La contratación reciente de una gran cantidad de psicólogos y enfermeros escolares debería contribuir a la salud física y emocional de los alumnos, siempre y cuando se provea al alumno con herramientas que le ayuden a la relajación, desarrollo de destrezas sociales y personales y a manejar conflictos. En meses recientes, el Departamento de Educación ha estado trabajando con la infraestructura de planteles escolares afectados por los movimientos telúricos. De 835 escuelas que sobrevivieron a los mismos, solo 172 podrían abrir, siempre y cuando cumplan con las normas de seguridad establecidas por la agencia. De parte de grupos sindicales existen quejas en torno a que las escuelas del país no cuentan actualmente con la infraestructura, presupuesto, ni los recursos humanos necesarios para que se comience el curso escolar de manera presencial. Estos mismos grupos indican que si los maestros están físicamente en las escuelas, ello restaría tiempo lectivo a los alumnos cuyos padres determinen que no llevarán a sus hijos a la escuela.
Los maestros necesitan sentirse seguros en sus ambientes de trabajo y los padres también desean lo mismo para sus hijo(a)s. No sentirse seguros impactará la capacidad de los maestros para promover en sus alumnos tal sentido de seguridad. Es obvio que la agencia ha entrenado a los maestros con técnicas para llevar a cabo sus clases de forma sincrónica y asincrónica ante la emergencia, pero tanto los maestros como los líderes escolares deben fortalecer sus destrezas en manejo emocional tan necesarias para tal proceso de supervivencia.
Los cambios climáticos a nivel mundial nos han venido afectando y ya vimos tal efecto en los dos huracanes que azotaron la isla. Un evento catastrófico adicional es algo para lo cual no estamos preparados emocionalmente. Es misión de la escuela el preparar no solo académicamente, sino fortalecer y desarrollar en niños, jóvenes y adultos, las destrezas sociales, personales y emocionales necesarias para afrontar cualquier crisis venidera.
Referencias:
Erlauer,L. (2003). Emotional Wellness and a Safe Environment. The Brain Compatible
Classroom: Using what we know about learning to improve teaching. Association for
Supervision and Curriculum Development. Alexandria,Virginia. (parr. 2)
Ruiz Kuilan, G. (1 de febrero de 2021). Educación fija el 3 de marzo para retomar las
clases presenciales, aunque sea en una “cantidad reducida” de escuelas. El Nuevo
Día.
Recuperado de: https://www.elnuevodia.com/noticias/gobierno/notas/